jueves, 24 de mayo de 2018

Los puteros son chicos «normales» y las prostitutas lo son «por gusto»

Canarias7

El segundo informe sobre prostitución en Canarias desvela opiniones tópicas y una normalización social del fenómeno. Tres de cada cuatro canarios es contrario a su prohibición

El segundo estudio sobre prostitución en Canarias (el primero se hizo en 2016 y fue un diagnóstico de la situación de esta actividad en las islas) no deja lugar a dudas sobre el desconocimiento, la estereotipación y normalización social que hay sobre la prostitución, lo que, de entrada, la aleja de ser percibida como un tipo de violencia que se ejerce sobre la mujer.
Uno de los datos más llamativos que arroja este estudio en el que se aborda la percepción social que se tiene de la prostitución y analiza la demanda prostitucional en Canarias es que la mayoría de puteros son hombres «normales», mientras que las mujeres que se prostituyen lo hacen «por dinero» y «por que les gusta».
Y esta última apreciación, que hace el 48% de los encuestados, resulta «especialmente llamativa y contradictoria» para los autores del estudio, dirigidos por la socióloga de la Universidad de La Laguna (ULL) Esther Torrado, en tanto que el 91% de los encuestados entiende las mujeres se prostituyen porque «las obliga» o por «necesidad».
La mayoría de los 1.500 encuestados considera, por contra, que la principal razón del consumo prostitucional está relacionada con la búsqueda de placer (93%) y la satisfacción de fantasías pornográficas (89%), pero también con el estilo de ocio nocturno: «Con una cultura machista que la vincula al consumo de pornografía y al hecho de satisfacer esas necesidades consideradas propias del hombre hombre», dice el estudio.
Pero hay más, la mayoría de los encuestados -hombres y mujeres mayores de 18 años de todas las islas- cree que el consumo de prostitución es un asunto privado y que como tal «no actuaría de ningún modo» si conociera un putero. Más grave aún es que al 16% de los encuestados les causa indiferencia que se consuma prostitución y solo un 11% condenaría la demanda de prostitución. La mayor indiferencia la muestran los más jóvenes, el 32% de los menores de 30 años.
Quizás por eso, tres de cada cuatro canarios (el 77% de los encuestados para este estudio encargado por el Instituto Canario de Igualdad) considera que no debería prohibirse la prostitución. Entre los que creen que sí, la mayoría son mujeres.
También los puteros (el estudio incluye 30 entrevistas en profundidad a consumidores) opinan que no debe prohibirse y se muestras favorables a una regulación. Consideran la prostitución un «servicio necesario» vinculado a «la diversión y el ocio» y la ven como una actividad «fácil», en la que las mujeres están «por vicio» y «dinero».
El primer estudio sobre postitución en Canarias, hecho en 2016, estimaba que en las islas había entre 2.500 y 3.000 prostitutas, la mayoría extranjeras (latinoamericanas, africanas y de Europa del este), pero también españolas. Además de hacer un perfil de las mujeres y las circunstancias que las llevan a prostituirse, el estudio apreciaba un retroceso de la prostitución en la calle y más en lugares cerrados (casas, pisos, salones de masajes, barras americanas). También un aumento de la demanda de práctica violentas o de riesgo (violaciones individuales o en grupo, saldo-masoquismo, sodomía) y entendía que era por la «influencia de la cultura porno».
En el segundo estudio, del año pasado, se entrevista en profundidad a 30 puteros que se confiesan consumidores de pornografía y prostitución antes de los 18 años. El porno fue la antesala al sexo de pago. Además lo admiten como un ritual iniciático a la sexualidad con su grupo de amigos, una práctica colectiva que forma parte de su ocio. La mayoría de los entrevistado quiere prostitución barata que le garantice privacidad, la llamada «prostitución low cost cuartelada» en establecimientos cerrados que ofrece diversión en grupo donde pueden elegir mujeres. Las prefieren jóvenes, hipersexualizadas y racializadas.