sábado, 7 de marzo de 2015

La indigencia muestra su cara más cruda en el centro y en los barrios

J.D.M./L.C., S/C de Tenerife
La realidad social suele ser tozuda y, aunque se trate de esconderla o minimizarla, termina por aflorar con toda su crudeza. En el caso de la indigencia es algo evidente. Tanto en los barrios como en el centro de Santa Cruz porque no hay espacio que sea una excepción en la presencia de los sin techo.
Entre ellas está una mujer joven que se ha estado "moviendo" por distintas zonas del municipio capitalino. Su último "destino" es la calle La X, al lado de la plaza Weyler.
Nos dicen que los agentes y la Unidad Móvil de Acercamiento (UMA) han acudido a interesarse por ella, pero que es una enferma mental y vieja conocida".
Un caso similar es el de un hombre con maneras bastante agresivas que desde principios de este año "ha vivido" en unas escaleras, justo en la confluencia de La Salle y la avenida Buenos Aires. Ya fue trasladado en ambulancia tras una primera denuncia y desde ayer (el lunes) ha vuelto a desaparecer, en esta ocasión, según apuntan las fuentes, "de manera voluntaria". Al parecer es natural de La Palma y habría retornado a esa isla. Los vecinos se quejan de "la ausencia de un protocolo claro para tratar a estas personas".
"Sin corazón y sin escrúpulos". Así calificó ayer Moisés Barreto, presidente de la Asociación de Amigos Echedey (ASAE) de El Sobradillo, la actuación de la administración con Damián, "un vecino del barrio, cuyo hogar es una caseta de cartón". Asegura el dirigente vecinal que los servicios sociales tienen constancia de su situación "pero en la UTS le ponen pegas pese a haber acudido varias veces".
ASAE rechaza que "algún partido acuda a pedir el voto con la pantomima de visitarlo porque solo se acuerdan del más débil una vez cada cuatro años". Barreto valora: "La pobreza es uno de los problemas más serios que sufren nuestros ciudadanos y al político no le importa si pasan hambre o mueren solos dentro de esas casetas. Basta luego con lamentarlo y darle las condolencias a la familia. Ni una playa en el centro ni un nuevo tranvía ni miles de cruceristas acabarán con la pobreza, pero sí harán más ricos a los ricos".
Tres ejemplos cotidianos en distintos puntos de la ciudad
Las imágenes son contundentes y merecen escaso comentario. Arriba, Damián, "en la puerta de su casa", una infravivienda del barrio de El Sobradillo, en el Distrito Suroeste. Sobre estas líneas, a la izquierda, un traslado anterior de la persona que ha estado durante meses "viviendo" en unas escaleras en La Salle, y a la derecha la que ha establecido su "hogar" en un espacio de la calle La X, cerca de Weyler./ cedida