jueves, 1 de enero de 2009

Experimento económico


SARO DÍAZ
Me pregunto si uno de los efectos de esta crisis será la bajada de los salarios de los altos cargos de todo tipo. Se ha señalado como una de las causas de la recesión, pero la noticia apenas ha trascendido. Hace unos días conocíamos que el secretario general de los socialistas canarios y cabeza de lista del PSOE a las elecciones europeas, Juan Fernando López Aguilar, percibirá de forma directa 13.140 euros al mes como eurodiputado entre sueldo y dietas por asistir a las sesiones del Parlamento Europeo. El sueldo bruto es de 7.400 euros y el resto será dinero para comida, viajes, taxis, hoteles, chicles, etc. Lo malo no es que López Aguilar cobre eso, sin que lo cobran todos los eurodiputados. Digo yo que si les pagan todos los gastos que les puede generar su trabajo ¿por qué no abonarles un salario de 4.000 euros? No me parecería un sueldo de pobres. Al fin y al cabo, todos sabemos lo que sucede con las dietas aunque no las percibamos. Pero no es el único caso el de los eurodiputados. El argumento que se esgrime para defender una subida de las tarifas eléctricas en España, y para avisar de que vendrán más, es que no se logra cubrir los gastos de su producción. Supongo que entre los gastos de producción se incluyen altísimas retribuciones a los altos cargos. Esos cuyos salarios también se dividen en sueldo y gastos de representación. Comidas, copas, hoteles, teléfonos de última generación... A menudo estos altos cargos disponen de una tarjeta de crédito a cargo de la empresa. No he incluido entre los gastos de un ejecutivo el de chicas de compañía, pero supongo que si internet y los periódicos están plagados de anuncios de este tipo será porque son servicios muy solicitados. Y hecha la ley, hecha la trampa. Ya habrá algún modo de hacer pasar el importe por otra cosa menos relacionada con los instintos básicos. No estoy diciendo que todos los ejecutivos se vayan de putas caras (su vida sexual no me interesa en absoluto) sino que cobran demasiado dinero y lo estamos pagando todos a tocateja. Estamos pagando demasiado por los teléfonos, por la electricidad, por la empresa de aguas y su gabinete de propaganda que llama a periodistas para decirles que mienten cuando informan del incremento de tarifas. Me pregunto si una solución a la crisis no sería comprometerse a cobrar durante un mes o dos sólo mil euros. Pero todos. Presidentes de gobierno, funcionarios, altos ejecutivos, pobres de solemnidad, maestros, médicos. Únicamente a modo de experimento. Naturalmente, para ello tendrían que bajar el precio de muchos servicios. Tal vez descubriríamos un nuevo modo de vivir en el que no hay necesariamente que poseer coche, o tener el mejor; en el que no hay por que ir por la vida presumiendo de que eres el dinero que ganas. Sólo el dinero. Sería una vida en la que no es necesario gastar cientos de euros en la comunión del chiquillo, ni comprar más de un regalo en Navidad. Una sociedad experimental integrada por amigos invisibles que no requieren más de 13.000 euros al mes para vivir.