martes, 18 de diciembre de 2007

SERVICIOS SOCIALES, PEOR IMPOSIBLE

MARISOL AYALA
Nadie lo duda: lo peor que funciona en esta isla son los Servicios Sociales y da lo mismo que sean del ayuntamiento que del gobierno que del Cabildo. No levantan cabeza y a peor la mejoría; no hay plazas públicas para mayores, ni camas para los enfermos que no tienen donde caerse muertos y que hacen el posoperatorio en la calle, al lado de un árbol, en un parterre; hace días falleció un mendigo en un parque; tenía cáncer- , tampoco hay hueco para enfermos mentales, ni para quienes desde las islas periféricas tienen que desplazarse a la grandiosísima capital grancanaria, llena de carencias, para recibir radioterapia.Cada día son más los casos de miseria de los que se hacen eco éste y otros medios; cada vez son más los que viven al límite, que debían ser atendidos por los Servicios Sociales y son ignorados por esos a los que se les presupone una responsabilidad política. Es lamentable por ejemplo que el Hospital Militar, que se compró con traca y voladores, no haya sido destinado en una mínima parte para dar cobijo a tanta pobre gente que malvive sola y enferma en nuestras calles o en un cuchitril, abandonada a su suerte. ¿Y el viejo Pino?, convertido en cajón de sastre. La insensibilidad está en alza.Hace unos días conocimos el caso de una niña de Las Palmas que sufre una enfermedad mal encarada y que debe viajar a Madrid para recibir sesiones de radioterapia (en su momento el cacareado macrohospital Negrín olvidó adecuar un espacio para ampliar la Medicina Nuclear). Familia y vecinos de la chiquilla pedía ropa de abrigo porque no tienen un duro. Pues bien, aunque cueste creerlo los Servicios Sociales del Ayuntamiento de esta ciudad, donde por cierto, habita la criatura, ni resollaron. No va con ellos. Se publicó la historia y de no ser por los de siempre, por esa gente que aún es sensible a estos asuntos y que tan poco interesa a la generalidad, hubiera viajado en precario.Así que en ésas estamos; en una situación de atención social mala, con más de 700 indigentes que arrastran sus enfermedades por calles, parques y playas de nuestra ciudad; con 200 marineros del Este tirados en el Puerto, con unos servicios de emergencias que cada día reciben 50 llamadas de socorro de familiares de enfermos mentales.