miércoles, 4 de abril de 2007

REMIGIO VELEZ

Remigio Vélez Rodríguez fue el líder sindical natural y carismático del Puerto de La Luz de Las Palmas de Gran Canaria durante el último período franquista y la transición. Sus últimas palabras públicas fueron pronunciadas durante la conmemoración del drama de Belén María, ocurrido el 25 de julio de 1980, casi siete meses más tarde, en febrero de 1981, Remigio abandonó este mundo:

Belén María perdura en nuestro recuerdo, pero yo puedo decir que hoy ha sido un poco más masiva la participación de los estibadores portuarios. No sólo queremos la participación de los estibadores, de los hijos, sino del público en general, de todos, porque recordamos que no sólo luchamos los trabajadores, luchaba también la gente de fuera… Era una lucha encarnizada que había en el puerto. ¿Qué queda de aquellos estibadores portuarios que luchamos tanto? Pues quedan muy pocos y quizá dentro de dos meses no va a quedar ninguno. ¿Entonces qué pasa? Los logros que los estibadores hemos conseguido, de cualquier forma la Administración los echa abajo. Entonces tendrá que haber una lucha continuamente de estibadores porque se irán los que están y vendrán otros. Pero nosotros lo único que queremos, los estibadores viejos, es que siempre Belén María esté en el recuerdo de todos. Gracias.

La historia del Movimiento Obrero portuario en Las Palmas de Gran Canaria, que desde fines del XIX y primeros del XX venía desarrollándose, se paró de golpe con el advenimiento del Movimiento Nacional, se descabeza la organización, desaparecen los sindicatos… En los años 40 no había nada en el Puerto, a nivel general, nada se movía en Canarias. Será ya en las décadas 50 y 60 cuando el movimiento portuario empieza a resurgir.
En las luchas del Puerto de las décadas 60, 70 y primeros años 80 uno de los hombres clave fue Remigio Vélez. Él desde el principio de todo ese movimiento obrero estuvo allí y fue de alguna manera su líder natural, el militante que tuvo “dominio” de todo el Puerto.
La lucha del Puerto en esa época, en pleno Franquismo, en plena dictadura, era muy dura, y la represión también. A pesar de ello, el Puerto se había convertido en una especie de nervio del movimiento obrero canario. Eran muchos los trabajadores portuarios, y éstos, que más o menos ganaban algún dinero, se jugaban el tipo algunas veces. Además, por allí pasaba mucha gente, por lo que sus acciones tenían repercusión en todo el Archipiélago y bastante incidencia en el resto de los grupos obreros.
Remigio vivió y murió con autenticidad, y su obra, su acción militante, tuvieron el estilo y el sello que le dio su vida. El sindicalismo que nació con Remigio, fue paralelo con los rasgos de su personalidad. La Asociación Sindical de Estibadores Portuarios (ASEP), y luego la Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios, “La Coordinadora”, fue una experiencia sindical en la que Remigio quiso hacer realidad colectiva lo que fueron sus valores personales, sus ideas e intuiciones, sus opciones y decisiones, su visión del momento y del futuro, sin perder de vista la meta más utópica y ambiciosa y el límite de las personas y la situación concreta.